De acuerdo a Diego Luna, los relatos urgentes que surgen de la vida misma pueden contarse a tiempo gracias a la emergente producción de ficciones en plataformas. Ya no hay que esperar años a que los ejecutivos de los estudios cinematográficos se vean seducidos por estas anécdotas amén del prolongado proceso que se requiere para producir una película.

Todo Va a Estar Bien es el más reciente desafío al que se enfrenta Luna, quien poco a poco ha consolidado una sólida filmografía no sólo como intérprete, sino también como director. Títulos como Abel o César Chávez constituyen algunos trabajos de Luna como realizador. Ahora emprende el reto de ser el creativo responsable de esta serie que estrena en Netflix y que aborda una de las temáticas más familiares y siempre complicadas en la vida de cualquier ser humano: el rompimiento sentimental.

 

“Sin duda alguna viví una experiencia de libertad total y plena. Quizás también me enfrenté a las restricciones más difíciles de mi vida profesional en muchos sentidos por el asunto del Covid, porque además salimos a filmar en cuanto cambió el semáforo de rojo a naranja. Cuando importaba el color de los semáforos. Nos encontramos con muchas trabas y restricciones, pero en términos creativos sentí una libertad total. Pero ¿sabes? También pude hacer otra cosa diferente que no me había sucedido por la pausa que le trajo el Covid a mi vida y es que fue filmar la serie como si fuese una película. Nos la echamos de principio a fin. Siempre con Damián García como fotógrafo y el mismo equipo técnico y de producción. Yo dirigí todo. Aquí es donde radica la gran diferencia entre el cine y la televisión ya que por lo general las series se realizan por bloques en donde llegan directores y equipos distintos a hacer cada uno de los fragmentos asignados. En esta ocasión pudimos ir de principio a fin encontrando todas las respuestas en el camino y con los personajes terminándose de definir mientras se contaba la historia. Armamos un sistema de trabajo muy parecido al de la película Abel. Por ejemplo, aquí la niña protagonista no conocía el guión o la historia. Esta serie inicia con sus padres enfrentándose a un conflicto grande. Ella era inconsciente de esa situación hasta que le tocaba enterarse en la historia”, nos cuenta en entrevista exclusiva Diego Luna desde Londres, Inglaterra, su hogar temporal en lo que concluye el rodaje de Andor.

 

 

No perdimos la oportunidad de cuestionar a Diego sobre la experiencia de incursionar en el mundo de las producciones para plataformas y la de ver una película en pantalla grande como un espectador más. Controversia que aún permea en la industria y que divide a varios creativos. “A mí hay algo que siempre me va a dar la experiencia de sentarme en un cine que es el hecho de poder compartirlo con otras personas porque luego hay esta cosa de las pantallas grandes entonces la gente dice ‘Pongo una pantallota en mi casa’. Pues no porque ir al cine es una comunión. Es la experiencia y lo que una reacción genuina en un espectador quien está al lado tuyo te provoca y como esto te hace revalorar el momento que acabas de ver. El sentir como la risa se contagia, como los silencios tienen un peso cuando hay personas en una sala pero también como la incomodidad puede escucharse y palparse en una sala. Todo eso es padrísimo y yo no lo cambiaría por nada pero también es cierto que en momentos como la pandemia dices ‘Qué chingón que por ejemplo tu y yo podamos estar platicando en ciudades distintas y de poder estar sin cubrebocas en un espacio cerrado o yo viendo una serie o documental que probablemente no me hubiese encontrado nunca’. También se volvió la oportunidad para que el espectador encuentre su propio contenido. Se allanó el camino entre cuenta cuentos y público. Hoy puedo sentarme frente a una computadora y conocer a alguien que le interesan mis historias y viceversa, podemos ver nuestros trabajos”, agrega Diego sobre las ventajas y desventajas de ser audiencia de estas dos formas para apreciar los distintos trabajos que se producen a pesar de las dificultades que provoca la pandemia.

 

 

Todo Va a Estar Bien posee la característica habitual de los trabajos de Luna. Es una serie que trata un asunto de índole personal e íntimo que evidencia las preguntas y dudas que el director se hace en el momento tal y como ha sucedido con sus anteriores trabajos.

Sobre si considera que sus películas lo han evidenciado en extrema manera responde: “En mi caso es al revés. Creo que me he quedado corto. Me preocupan mucho los demás. La gente que me rodea. Como que siempre pienso todo el tiempo en no afectar la vida de quienes están a mi lado cuando cuento historias. Me gusta partir de las preguntas que yo me estoy haciendo en ese momento pero también trato que las circunstancias sean muy ajenas a la mías. Separo las cosas para poder trabajar después en lo que me estoy cuestionando. También creo que hay que hablar de las cosas cuando ya las digeriste. En una serie como esta lo que sí se provoca es un trabajo mas colaborativo, en equipo que lo habitual. Desde la escritura, en un cuarto donde todos estamos debatiendo. Esa gestación donde intervienen distintas voces apropiándose de un texto, es hermosa”, finaliza Diego.

Todo Va a Estar Bien ya se puede ver en Netflix.

Por editor