🔸 Cuotas de hasta 91% y restricciones históricas marcaron el 2024 en la lucha arancelaria

#INTERNACIONAL | Este año, México implementó medidas para luchar en contra de la evasión de aranceles estadounidenses sobre el acero de origen chino, luego de que el vecino país del norte presionara al gobierno del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador para que adoptara medidas al respecto.

Desde enero del 2024 hubo un choque entre ambos países por las importaciones de acero. El gobierno encabezado por el presidente Joe Biden le pidió a México tomar medidas contra el aumento de las exportaciones de acero y aluminio a Estados Unidos, así como por la falta de transparencia respecto a las importaciones desde terceros países.

La exigencia se planteó durante una reunión virtual que sostuvieron la entonces secretaría de Economía de México, Raquel Buenrostro, con la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai.

El gobierno de Estados Unidos dio a conocer en un comunicado que durante la reunión, “Tai enfatizó la urgente necesidad de que México tome medidas inmediatas y significativas para abordar el actual aumento de las exportaciones mexicanas de acero y aluminio a Estados Unidos y la falta de transparencia con respecto a las importaciones de acero y aluminio de México desde terceros países”.

En respuesta, la Secretaría de Economía negó que México incurriera en una falta de transparencia sobre el tema y expresó su disposición para compartir la información que requiriera Estados Unidos para combatir la triangulación de productos.

Posteriormente, en julio, Estados Unidos y México anunciaron nuevas medidas para luchar contra la elusión de los aranceles estadounidenses sobre el acero y el aluminio por parte de China, con la implementación de la norma de “fundido y vertido” para el acero.

El gobierno estadounidense señaló que las importaciones de productos de acero procedentes de México estarían sujetas a aranceles estadounidenses del 25% en virtud de la “Sección 232”, a menos que se documente que el acero ha sido fundido y vertido en México, Estados Unidos y Canadá.

Además, los importadores tienen que presentar un certificado de análisis al Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras en el que conste el país de origen de los metales.

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