🔸 El Gobierno de México había interpuesto la demanda en 2021, en el que pedía 10 mil millones de dólares por los daños causados por las armas traficadas ilegalmente.

#INTERNACIONAL | La Corte Suprema de Estados Unidos bloqueó este jueves la demanda del gobierno mexicano contra los principales fabricantes de armas de ese país, en un caso clave que ponía a prueba la Ley de Protección del Comercio Legal de Armas (PLCAA). Por decisión unánime, el tribunal rechazó los argumentos de México, que señalaban que los fabricantes como Smith & Wesson habían violado la ley al permitir, directa o indirectamente, que sus armas terminaran en manos de cárteles de la droga.
En el caso Smith & Wesson Brands, Inc. v. Estados Unidos Mexicanos, el gobierno mexicano alegaba que los fabricantes estaban “ayudando e incitando” a testaferros que posteriormente traficaban las armas a través de la frontera sur. Sin embargo, la jueza Elena Kagan, quien escribió la opinión del tribunal, afirmó que la demanda “no alega de forma plausible” que las empresas hayan facilitado de forma directa ese tráfico

México había interpuesto la demanda en 2021, solicitando 10 mil millones de dólares por los daños causados por las armas traficadas ilegalmente, que estiman alcanzan entre 200 mil y 500 mil unidades al año desde Estados Unidos. Casi la mitad de las armas encontradas en escenas del crimen en México provienen de ese país, según la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos.
La PLCAA, aprobada en 2005 con apoyo bipartidista, protege a la industria armamentista de demandas civiles por mal uso delictivo de sus productos, salvo bajo ciertas excepciones, como la llamada excepción predicada. México sostenía que esta aplicaba porque las compañías conocían la ilegalidad de sus operaciones al vender a testaferros.
En 2022, un tribunal federal en Massachusetts desestimó la demanda. Pero en 2024, una corte de apelaciones revirtió esa decisión, argumentando que existía base legal para litigar bajo la excepción predicada. El caso regresó a la Corte Suprema, que finalmente se alineó con la primera decisión: no hubo suficientes fundamentos para aplicar la excepción, por lo que el proceso queda cerrado para seis de las ocho empresas demandadas.

Las únicas compañías que siguen en el litigio son Smith & Wesson e Interstate Arms, aunque este fallo representa una victoria contundente para la industria de armas y limita el alcance de demandas similares en el futuro

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